LUMINOSO

miércoles, 15 de mayo de 2013

SAN ISIDRO NUESTRO PATRON

San Isidro Labrador

(Alrededores de Madrid, hacia 1080 - Madrid, 1130) Santo español, patrono de la Villa de Madrid y de los agricultores. Aunque no se tienen demasiados datos biográficos sobre el santo, parece ser que vino al mundo en el seno de una familia humildísima, poco antes de la reconquista de Madrid, en una casa situada donde en la actualidad se halla la calle de las Aguas. Quedó huérfano muy pronto, así que el joven Isidro se buscó el sustento con trabajos como el de pocero hasta que finalmente se empleó como labrador.

San Isidro Labrador
Cuando Alí, rey de Marruecos, atacó Madrid en 1110, Isidro hizo como muchos otros y se trasladó a Torrelaguna, donde continuó con el mismo género de vida, dedicada al trabajo y a la oración, que había llevado hasta el momento. Fue precisamente en la parroquia de esta localidad donde contrajo matrimonio con una joven llamada María, natural de Uceda, cuya dote matrimonial fue una heredad en su pueblo natal, lo que fue causa de que los esposos se establecieran allí para trabajar las tierras por cuenta propia.
Aunque Isidro era piadoso y devoto, su esposa no le iba a la zaga a este respecto, ni tampoco en cuanto a laboriosidad, todo lo cual hizo -según la leyenda- que se granjearan la predilección de Dios, que los benefició con su ayuda innumerables veces, como cuando salvó milagrosamente a su hijo único que había caído en un profundo pozo o cuando permitió a María pasar a pie enjuto sobre el río Jarama y así librarse de los infundios de infidelidad que contra ella lanzaban las gentes.
En 1119, Isidro volvió de nuevo a Madrid, y entró a trabajar como jornalero agricultor al servicio de un tal Juan de Vargas. Estableció su morada junto a la Iglesia de San Andrés, donde oía la misa del alba todas las mañanas y, luego, atravesaba el puente de Segovia -las tierras de su patrón estaban del otro lado del Manzanares- para aprestarse al duro trabajo de roturar la tierra con el arado. Se dice de él que daba cuanto tenía a los menesterosos, y aún a las palomas hambrientas cedía las migas de pan de las que se alimentaba.
Con el correr del tiempo decidieron los esposos separarse para llevar una vida de mayor santidad; marchó así Isidro a Madrid, mientras María quedaba en Caraquiz consagrada al cuidado de la ermita, la cual barría y aseaba diariamente, al tiempo que pedía limosna para costear el aceite que alumbraba la imagen. La separación duró hasta la última enfermedad del santo, cuando María tuvo noticia por un ángel de la muerte de su marido. Corrió presta a la Villa y no se separó del lado de su esposo hasta que éste exhaló su último aliento. Luego volvió a Caraquiz y, después de unos años, también murió.
A Isidro, como pobre de solemnidad que era, se le enterró en el cementerio de la parroquia de San Andrés, en una tosca caja de madera sin cepillar. Transcurridos cuarenta años, como los prodigios de Isidro seguían corriendo de boca en boca, ante la insistencia del pueblo, se exhumó el cuerpo y se le dio sepultura en el interior del templo. Se vio entonces que, a pesar del tiempo transcurrido y de haber estado expuesto a las inclemencias meteorológicas, todavía se conservaba entero y de color tan natural como si estuviera vivo, prodigio que se ha podido comprobar en las múltiples traslaciones que de su cuerpo se han hecho.
Cuando Alfonso VIII vino a Madrid tras haber derrotado al moro en las Navas de Tolosa, ordenó que el cuerpo fuera colocado en un arca bellamente policromada con escenas de la vida de Isidro. La beatificación, pronunciada por Paulo V el 14 de junio de 1619, a instancias de Felipe III, fue acontecimiento largo tiempo esperado por el pueblo madrileño; para conmemorar el evento se celebraron grandes festejos, en el transcurso de los cuales se inauguró la plaza Mayor.
El 19 de junio de 1622, Isidro, que en la memoria del pueblo ya era santo, fue canonizado por el papa Gregorio XV, junto a Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y San Felipe Neri. En 1657 el arquitecto fray Diego de Madrid comenzó a levantar la capilla de San Isidro -primer ejemplo del barroco madrileño-, aneja a la iglesia de San Andrés, destinada a contener la urna del santo, cuyo traslado se produjo definitivamente en 1669. El 4 de febrero de 1789, Carlos III ordenó que la urna fuera instalada en el antiguo Colegio Imperial, que pasó a llamarse entonces Iglesia Real de San Isidro, y que luego sería la catedral de Madrid.

lunes, 6 de mayo de 2013

MADRID DE 1907 A 1969 ( PARTE 3 )

1945_Desde_calle_San_Agustín

1947_Estación_de_Atocha

1949_Autobus_en_Gran_Via

1950_Gran_Vía_vision_nocturna

1950_Salida_autobuses_La_Sepulvedana

1952_Mula_cae_delante_tranvía

1953_Standard_Eléctrica

1957_Studebaker

1959_Experimental_Futura_Lincoln

1960_Calle Antonio Lopez

1960_Carrera_San_Jerónimo

1960_Francos_Rodríguez

1964_Incendio_almacenes_Arias

1964_Terraza_en_Gran_Vía

1965_Metro_Madrid

1966_Calle_Preciados

1969_Calle_de_Montera

MADRID DE 1907 A 1969 (PARTE 2)

1933_Elecciones

1933_Incendio_calle_Regueros

1934_Congreso

1934_Detenidos_1Mayo

1934_Manifestacion_republicana

1935_cafeterías_calle_Alcalá

1935_Puerta_del_Sol

1936_elecciones generales

1936_Milicianos

1936_Preparativos_batalla_Cuartel_de_la_Montaña

1936_trinchera_calle_Segovia

1937_mujeres_republicanas_patrullando

1940_Calle_Sevilla

1940_Cooperativa_Auxilio_Social

1941_Tranvía_Sol_Chamartín